Lamentablemente la régie está despiadadamente exenta de toda ironía.No aprovecha el humor negro que prodigara el propio Giuseppe Verdi, verbigracia cuando Sparafucile insiste en la respetabilidad de su profesión de asesino a sueldo.
La producción de Roman Hovenbitzer, que oscila entre el realismo y lo onírico, nos muestra cómo representar una obra de Wagner de forma atractiva y musicalmente muy convincente, sin caer en las nefastas versiones de Bayreuth en la era de Katharina Wagner.
La régie de Salon Pitzelberger no se queda en la época de Offenbach.Avanza unas décadas más allá hasta llegar a la fase psicodélica de la segunda mitad del siglo XX.El creador de esta instalación escénica es una figura también inventada aquí: el artista de performance y diseñador Jean-Charles de Cataract (Robin Grunwald).
Cuatro horas de diversión a base de bellas melodías interpretadas de la mejor manera.Una verdadera gozada, no solo para los que amamos la opereta, sino para todo aquel que ame la música
¡Todos enmascarados!que toma el nombre de uno de los números de Una noche en Venecia, la única opereta de Johann Strauß estrenada fuera de Viena (el 3 de octubre de 1883 en el Neuen Friedrich-Wilhelmstädtischen Theater de Berlín), se pasea por el mundo de la lírica, desde Wolfgang Amadé Mozart, pasando por Gioachino Rossini, Jacques Offenbach y Richard Wagner, hasta llegar a compositores e intérpretes modernos como John Davenport, Eddie Cooley y Pete Seeger.
La flauta mágica, estrenada por el mismo Mozart en 1791 en el Theater an der Wien, es una ópera tan mágica, tan seductora y misteriosa que es posible adaptarla a innumerables nuevas situaciones.Van Rensburg la ambienta en otro planeta, tal vez no muy lejano de la Tierra.
Al igual que ocurrió con el estreno de esta feroz sátira en 1858 en la que Offenbach utilizó por primera vez la mitología griega como telón de fondo para criticar sarcásticamente al régimen de Napoleón III en el Segundo Imperio (1852 -1870) y en la que todas las figuras de la alta sociedad de entonces se veían reflejadas por su doble moral en la pieza, así también es posible reconocer en la puesta de Horstkotter a esa pléyade de la nomenclatura del Partido Socialista Unificado (SED), como eufemísticamente se denominaba al Partido Comunista de la RDA.
Casi tres horas dura el hilarante musical con libreto y letras de Peter Sham y música de Brad Carroll (en una muy reciente revisión del guión, en lugar de Otello es Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo, la puesta de la Ópera de Cleveland).
Si hay algo que destaca y enorgullece a la Comunidad de los Teatros de Krefeld y de Mönchengladbach es su política de permanente búsqueda de obras que pese a su excelencia no son frecuentemente representadas.
Esta puesta en empaque doble con las respectivas óperas en un acto de Pietro Mascagni y de Giacomo Puccini impresiona por su grandioso trabajo creativo.Aquí, y por este orden, Cavalleria rusticana está ambientada en un remoto pueblo de Sicilia en la época fascista de Benito Mussolini, y Gianni Schichi 35 años más tarde, en la Florencia de postguerra, en la década de 1960.