A la hora de abordar 'La vestale' sin duda la pregunta fundamental para Lydia Steier era «¿Cómo voy a hacer de nuevo un escándalo?»

Py toma el partido de ilustrar todo lo que puede y en cuanto puede.Desfilan así trajes y personajes de la historia de Rusia, desde Iván el Terrible hasta Putin pasando, por supuesto, por Lenin.En ese sentido se trata de una puesta en escena 'parlanchina' que puede llegar a molestar, pero también tiene el mérito de incluir imágenes en largos momentos de conversación en que no es siempre fácil dar movimiento escénico.

Montar 'Nerone' es empresa ardua.Desde el punto de vista musical requiere una orquesta y un coro refinados y potentes, numerosos coprimarios y cinco cantantes principales de primerísimo nivel que acepten estudiarse una obra que quizá no vuelvan nunca a interpretar

Chailly ha impuesto una visión que parecía rehuir deliberadamente la espectacularidad en sí para insinuar un tono sombrío de sospecha, terror de todo tipo que se acentuaba por la presencia del fantasma del zarévich asesinado -francamente algo excesiva- al que obviamente sólo ve el mandante supuesto de su degüello