Babayan ha desarrollado un amor particularmente ferviente por las obras de Rachmaninov y aprecia especialmente la variedad de estados de ánimo y de colores de la música.
Los músicos búlgaros, muy vinculados artísticamente con España, incluyen en su nuevo disco obras de Glinka, Prokófiev, Glazunov, Balakirev, Tchaikovsky, Mussorgsky y Rimsky-Korsakov.
En nuestros tiempos, parece que 'Peter Grimes', en la versión de Warner, cobra especial interés, aunque ahora nuestras cazas de brujas se hagan vía las redes sociales y otros avances cibernéticos...
A-Mar, para orquesta sinfónica, de Celia Rivero Santana será estrenada el viernes 3 de marzo en el Auditorio Alfredo Kraus un concierto de la temporada de abono la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria dirigido por Chichon.
Uno se plantea si el tour de force de Isil Bengi no es tanto técnico sino emocional: la fusión del intérprete con ese éxtasis romántico que sólo entiende de la dicotomía entre el amor y la muerte, que sólo entiende, en mayúsculas, de la pasión.
Tengo la firme sensación de que 'Zoroastre' de Rameau no sería la obra maestra que es sin el estupendo libreto de Cahusac, porque se sale de los cánones de su época, anticipando incluso la revolución de Gluck con su fuerza dramática, con sus recitativos cargados de expresividad, desdibujando la separación entre aria, arioso y recitativo, con sus innovaciones armónicas (sello de Rameau), todo ello gracias justamente a un libreto muy particular
Incluye la 'Sinfonía de los Mil' de Mahler y giras con la Royal Philharmonic Orchestra, debut con la Filarmónica de Hong Kong y regreso a la Filarmónica de Oslo, Palau de les Arts de Valencia y la Orquesta de Cleveland.
Estaba previsto que los días 6, 7 y 8 de octubre ofreciera, bajo la batuta de Riccardo Muti, el Concierto para piano n.° 27 de Mozart con la Sinfónica de Chicago.
Al pasar inmediatamente de una canción a otra, y de un compositor a otro, Goerne y Trifonov crearon una singular atmósfera de intensidad general que resultó fascinante.Después de las cuatro canciones de Berg y las 16 de Schumann el público tenía que hacer ímprobos esfuerzos para no estallar en efusivos aplausos.