Con Stefanik como embajadora ante la ONU, las Naciones Unidas tendrán que prepararse para tiempos más difíciles, y no hay duda de que el Senado estadounidense la confirmará en su nuevo cargo, dada la clara mayoría de los republicanos.

¿Es la vinculación a un determinado régimen político, por muy criticable que éste sea, causa suficiente para reclamar un boicot contra una orquesta sinfónica?

Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña y Francia son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano ejecutivo más poderoso de Naciones Unidas.Putin y Xi destacaron la importancia de las Naciones Unidas para el orden mundial.

Arabia Saudí se ha centrado en las buenas relaciones con Irán y lo considera la clave para la estabilidad regional.En cambio, los asesores de Trump piden cada vez más ataques militares contra el programa nuclear iraní.

La postura global de Irán oculta inseguridades internas.La Unión Europea debe evaluar exhaustivamente los retos que plantea Teherán y ajustar su política en consecuencia, según un análisis publicado por el gabinete estratégico Carnegie Europe de Bruselas.

Partiendo de diversos conceptos de paz, la exposición explora la relación entre la paz y el judaísmo, la política, la guerra, el feminismo y la justicia.Las perspectivas judías ocupan un lugar central.

Lo que domina actualmente en la opinión pública mundial es el desconocimiento, o incluso la negación, de la singularidad de los acontecimientos recientes, que tienden a reducirse a la trama supuestamente lineal y sin fisuras del conflicto entre las dos causas, Palestina e Israel.

Dentro de la propia Europa ya existe un problema de seguridad que afecta a la seguridad de sus ciudadanos.La guerra entre Israel y Hamás ha desatado oleadas de antisemitismo e islamofobia en varios países europeos.

En los últimos años, la libertad de expresión ha sufrido en Alemania notables limitaciones.Al mismo tiempo se ha extendido por el país un perceptible ambiente de desconfianza, recelo y radicalización respecto a ciertos temas candentes (por ejemplo la gestión de la pandemia, la guerra ruso-ucraniana y ahora el conflicto de Gaza), así como una inquietante estigmatización social e incluso represión legal de opiniones “disidentes”