Bajo el título bastante equívoco de 'Mélodies du bonheur' (que en Francia inevitablemente recuerda a la película de Wise 'The sound of music' [Sonrisas y lágrimas]), los intérpretes citados en la ficha nos han servido un florilegio de canciones (mélodies) con orquesta y otras miniaturas de la segunda mitad del XIX francés.
En la partitura de Phryné, la sabiduría compositiva de Saint-Saëns se disfraza de aparente ligereza.Todo queda envuelto en una elegante ironía, y si la obligada influencia offenbachiana es patente en ciertos pasajes, nada queda de la acidez de las primeras operetas de Hervé y Offenbach.
Esta desopilante 'Opéra-ballet buffon' de Rameau sobre la feísima ninfa de los pantanos seducida en broma por Jupiter fue representada en una actualización a nuestros tiempos, rebosante de elementos adecuados para actualizar la bufonería ya aludida
Es música artificiosa y refinadamente artificial, aunque formalmente se base en textos a menudo referidos a la naturaleza.Si bien en las letras aparecen a menudo paisajes al aire libre, esta música suena a salón, a cortinajes y brocados, mullidas alfombras, estatuillas, cuadros, divanes, pesados perfumes, aromas de té y humo de tabaco.
La ilusión escénica se asoció tan estrechamente con la fantástica decoración de la sala que por primera vez comprendí como la fantasía teatral y el ceremonial de corte podían fusionarse en un todo donde canto y ballet son una ficción compartida con una audiencia similarmente teatral en su modo de vida.
Como siempre en las grabaciones de Niquet, los solistas son excelentes, grandísimos estilistas –indispensable para realzar el valor del repertorio francés– de dicción perfecta, prosodia adecuada a los textos –con frecuencia de gran valor literario– y sentido dramático apropiado para la expresión de los afectos barrocos.
Aunque la Gens últimamente aparece abonada a la recuperación de óperas románticas francesas hay que recordar que en realidad comenzó como especialista del barroco galo, trabajando estrechamente con William Christie.
La geopolítica de la Belle Époque explica Le Tribut de Zamora, cuya base argumental parte de la leyenda del Tributo de las cien doncellas.La trama comienza en Oviedo en el primer acto, para desarrollarse en la Córdoba califal en los tres siguientes, lo que permite desplegar una gran gama de recursos músico-dramáticos dignos de los colossal cinematográficos de Cecil B.
Jacques-Froméntal Halévy: La reine de Chypre, ópera en cinco actos (1841) con libreto de Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges.Véronique Gens (Catarina Cornaro), Cyrille Dubois (Gérard de Coucy), Étienne Dupuis (Jacques de Lusignan), Éric Huchet (Mocénigo), Christophoros Stamboglis (Andréa Cornaro), Artavazd Sargsyan (Strozzi), Tomislav Lavoie (un oficial / un heraldo).
Es la soprano y no la mezzo la que, de acuerdo con su carácter virginal y la pureza de su cristianismo primitivo, tiene asignada una línea vocal más sobria, lo que no quiere decir que sea, en absoluto, menos expresiva.