En el Ateneo Rumano, la sala de conciertos más bella de Bucarest, se celebran dos series: los 'Conciertos del Athenaeum' que se celebran casi todos los días a las 17.00;y los 'Conciertos a medianoche', que afortunadamente suelen comenzar un poco más temprano.
Los grandes nombres de la dirección, la escenografía, el canto y el baile conforman un panorama en el que se combina la tradición con las nuevas propuestas.
El emotivo Evangelista de Raphael Höhn, un tenor de mimbres ligeros y elegante uso del falsete, casaba a la perfección con el reflexivo y sereno Jesús de Sebastian Myrus, que finalizó su intervención con una espléndida “Mache dich, mein Herze, rein” llena de claroscuros y sentida desde lo teatral.
Herreweghe, al igual que otros grandes maestros en la historia de la práctica de la ejecución de la Missa Solemnis, rechaza la idea de nivelar la dinámica por considerar que ello "desfigura" la obra.
La ' Sinfonía nº 2' de Brahms fue una combinación sensata con el 'Concierto para violín' de Dvořák.Herreweghe evocaba, en la presentación previa ante el público que colmaba la sala de la Filarmónica de Essen, que en aquellos años un Brahms ya famoso apadrinaba a un Dvořák poco conocido inicialmente.
Con el aporte de color del continuo, un Koopman desinhibido fue capaz de llevar a lo más alto de la hondura espiritual, entre las continuas interpolaciones bélicas, quizá una de las más ingratas piezas corales de Haendel, a lo que las voces de los tres hombres, especialmente la firmeza de tenor y barítono en sus episódicas partes a solo, contribuyeron a engrandecer.
Escuchando ambas grabaciones a cargo de Herreweghe, llama la atención, como viene siendo habitual en su etapa en PHI, la depuración sonora que lleva a cabo el belga, rehuyendo cualquier adorno superfluo o efectista, para concentrarse en la arquitectura barroca de estas piezas y en la riqueza del contrapunto;
No soy de los que piensan que las orquestas modernas no deban abordar el repertorio antiguo pues el Clasicismo y el Romanticismo son dos magníficas escuelas de estilo, lenguaje y compactación para una orquesta, pero creo que en festivales que se suponen de primer nivel, como la Semana de Música Religiosa de Cuenca, se ha de ofrecer lo más aquilatado en la interpretación del repertorio, y en estos momentos la Orquestra Metropolitana de Lisboa y Pedro Amaral distan mucho de serlo en Beethoven.