La idea de que el poder de EE.UU.crea seguridad internacional sigue profundamente arraigada en la élite política estadounidense y en las alianzas lideradas por EEUU, incluida la OTAN.Sin embargo, los tres pilares de la Pax Americana -el dominio militar de Estados Unidos, su apertura económica y los fundamentos liberal-democráticos de la política exterior estadounidense- llevan de hecho algún tiempo erosionándose.
El apoyo a Ucrania y el despliegue de armas convencionales estadounidenses son dos elementos del mismo planteamiento de política de seguridad.Abogar por uno mientras se reduce el otro parece incoherente y pone en peligro la seguridad de Alemania y Europa
Cualquier manifestación de arte que se busque cancelar en tiempos de guerra, resurge con mayor fuerza cuando más se busca suprimirla.Porque es en medio de este tipo de circunstancias adversas extremas que el arte sobrevive con respuestas proféticas, liberadoras, idealistas, esperanzadas y optimistas.
Por primera vez desde la Guerra Fría, vuelven a estacionarse misiles de mediano alcance en suelo europeo occidental, armas que teóricamente podrían alcanzar incluso Moscú.Esto trae a la memoria la carrera armamentística con la Unión Soviética y plantea la cuestión de cuál es el propósito de estas armas.
El Ártico es un buen punto de partida para entablar conversaciones extraoficiales y, en última instancia, reanudar las actividades diplomáticas, ya que está situado lejos de los actuales focos geopolíticos de rivalidad de poder entre China y Estados Unidos y, sin embargo, es cada vez más importante para estos dos países.
Brauweiler fue abadía benedictina durante 800 años, hasta que Francia ocupó estos territorios a orillas del Rin en 1802 y vino la secularización.Después, en el siglo XX, fue campo de concentración y centro de tortura de la tenebrosa Gestapo, bajo el régimen genocida nacionalsocialista de Adolf Hitler (1933-1945).
Contrabando, crimen y espionaje caracterizaban a la capital de Austria en 1948.El tercer hombre describe a la perfección aquella atmósfera.El filme es una muestra del juego con falsas realidades e ilusiones que aprovecha el “mago” Harry Lime (Orson Welles) para hacer malabarismos con la vida y la muerte.
Ambos bandos están cansados de la conflagración bélica.Pero ninguno de los dos está dispuesto aún a hacer concesiones dolorosas que puedan conducir a un acuerdo de paz.Éste es un objetivo que sigue estando todavía muy lejos de ser alcanzado.
Ambas partes ven en la guerra de Ucrania una confirmación de sus divergentes supuestos tradicionales.Desde la perspectiva alemana, ha confirmado que Estados Unidos -incluso más que la OTAN- es el actor central para la seguridad de Europa y Alemania, y que la UE solo "hace contribuciones complementarias".
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.