Raphaël Pichon y Claus Guth se han lanzado a un proyecto de reactualización, que no de reconstrucción, ya que tal cosa hubiera sido imposible.Han intentado revivir el espíritu de 'Samson' de Rameau y Voltaire más que su literalidad, creando una dramaturgia nueva que recrea la historia bíblica
El público asistente al estreno le dedicó a Pelly y al equipo escénico una ovación casi tan grande como la que recibió Sabine Devieilhe.Pero es que también esta 'Lakmé', alibababesco de melodías bonitas, templo de ternura y de emoción, que nunca ha dejado de estar en el corazoncito de los melómanos de todo el mundo, a pesar de haber sido tanto tiempo ninguneada por los intelectuales boulezianos y demás.
Pichon se dedicó a eliminar casi quirúrgicamente cualquier atisbo de vida en los personajes.Tempi lentos, una sensación casi contemplativa en los recitativos, larguísimas cadencias vocales en las arias y un empeño constante en buscar el pianissimo más pianissimo de todos los pianissimi, cayendo con frecuencia en lo puramente melifluo.
La Opéra Comique ha tenido el valor, que muchos teatros líricos no han demostrado tener, de homenajear a Beethoven con su única obra lírica, que retocó hasta cansarse
En su 57 edición han sido concedidos los premios del Syndicat professionnel de la critique Théâtre, Musique et Danse francés en diferentes categorías de teatro, danza y música.Entre los premios está la versión de 'Le Démon', de Anton Rubinstein, presentada por el Liceu de Barcelona, y dirigida por Paul Daniel, el director titular de la Real Filharmonía de Galicia
Marianne Crebassa es la mejor protagonista que la versión de Berlioz del Orfeo de Gluck podía contar, muy por encima de la escasa adecuación vocal de von Otter, Larmore y Kozená.Además, si la Podles estaba mejor acompañada cuando cantaba en italiano, Crebassa está perfectamente arropada por sus compañeras de reparto y por una orquesta de instrumentos originales, el Ensemble Pygmalion, que sigue la senda abierta por Gardiner en su acercamiento a la versión de Berlioz con un orgánico de instrumentos de época
El contrapunto de Weill sonó exacto, serio, con una rotundidad melódica y rítmica que desmentía cualquier recuerdo de orquestina desafinada que a veces se tiende a asociar con su obra.Música con mayúsculas, con sus momentos más estruendosos dado el carácter de la historia, pero con otros en los que era imposible no pensar en corales bachianos o en auténticas arias operísticas de un extremado lirismo.