Con el objetivo de rellenar dos horas de espectáculo, el sainete lírico ha sido ampliado en esta propuesta con otros fragmentos de zarzuelas madrileñas.No es la primera vez ni será la última que se haga esto, pero los añadidos son buenos si son útiles y aportan a la trama de la obra principal, si no, es un aderezo inútil y un flaco favor a la ligereza de acción, un argumento sencillo y condensado, que posee un título como "La revoltosa".

La zarzuela es un género que se compone de una idiosincrasia y unos elementos muy precisos que si se alteran, echan por la borda la línea de flotación del propio género, además de poner en serio riesgo su inteligibilidad, su adecuada comprensión y disfrute por parte del público.

El término granadino malafollá no está reconocido por la RAE a pesar de que cuenta con su bibliografía aproximativa.Atento al quite, un gustoso vino de la zona toma su nombre y ensaya en la etiqueta una definición breve y al parecer certera de la palabra: no ser malo pero aparentarlo.

La propuesta escénica de Alfredo Sanzo se apoya en una sobria escenografía que permite hacer volar la imaginación del espectador a la hora de evocar ese Madrid conspirador de Carlos III, cuya estética minimalista se vale de oscuros paneles que que oscilan en diferentes distribuciones espaciales según avanza la trepidante acción del libreto.