La experiencia fue larga: Tcherniakov nos presenta dos óperas en vez de una, con un entreacto de hora y media que los restaurantes de los alrededores agradecieron sin duda.La duración total del espectáculo, con pausa incluida, se fue a más de cinco horas

Geréb y Schoeck intentan infructuosamente aquí darle un giro moderno y sazonar con bailarinas y bailarines de street dance y artistas de Spoken Word a una rareza del repertorio operístico clásico de trama muy simple, convirtiendo todo en un mamarracho sin ton ni son.

¿Conocen ustedes la sensacional película de Buñuel, 'El ángel exterminador'?¿Han escuchado ustedes música del siglo XX, de Schoenberg a Berstein pasando por Britten o Penderecki?Pues entonces no vale la pena que se pasen por París a escuchar este 'Exterminating angel' pergeñado por Adès/Cairn.

Lo que aquí escuchamos son las melodías de Jobim, de Moraes y Bonfá, ahogadas en el almíbar del arreglista, con de cuando en cuando unas percusiones que entran a saco no se sabe por qué.No parece que la dirección, siempre nerviosa, diríase por momentos hasta precipitada, arregle la cosa

El resultado fueron versiones de Gershwin ampulosas, ensordecedoras y con un inapropiado sobrepeso de los metales.Es una pena que una orquesta tan buena como la de la Radio de Múnich sea tan mal dirigida

¡Cuán necesaria es la presencia de Helge Schneider en estos tiempos de guerras, terrorismo, antisemitismo, fascismo y populismo desenfrenados!