En la época de los hermanos Grimm también había hambrunas en lo que hoy es Alemania.Hansel y Gretel trata de intentos de infanticidio, canibalismo y madrastras malvadas, y la historia comienza con una monstruosidad.
Devielhe tiene además una aproximación, por así decirlo, camerística a la interpretación musical: no se detecta en ella ni un ápice de divismo.Fue igualmente un placer admirar la sutileza con la que establece una complicidad con el resto del reparto y con el director e, incluso, la orquesta.
Para acercarse lo más posible al original, todos los artesanos trabajan con las técnicas y herramientas de cantería de la época en la que se construyeron las catedrales góticas.Se prescinde por completo del uso de martillos neumáticos.
Ceccato sostiene que Stravinski “dirige con gestos claros y simples” y es además un “creyente, y por lo tanto antimaterialista”.Tal vez la única aportación original consiste en que, tras subrayar la importancia de la comunicación visual del director con los músicos de su orquesta, Ceccato desaconseja vivamente dirigir con gafas (que se lo digan a Karl Böhm).
Ofelia tiene en la ópera de Thomas un protagonismo del que carece en la obra de Shakespeare y Sabine Devieilhe no teme la comparación con nadie: su personaje no está trastornado desde el principio, de modo que permite ver mejor en qué medida Hamlet es desencadenante de su demencia.
La reedición de la grabación de Dynamic, aparecida en 2016 y realizada en colaboración con las fuerzas belgas habituales en el sello, amplía la oferta de la obra maestra massenetiana, pero no añade nada de particular a las opciones disponibles.
¿Ochenta años?Pues realmente no los parece.A lo mas, setenta, diría yo, a juzgar por su sanguinea actitud de alerta durante la conferencia de prensa en la cual la Filarmónica de Dresde anunció su próxima temporada, con este Marek Janowski como nuevo director artístico.