Bernheim y Fuchs fueron todo un espectáculo canoro -siempre mimado por la orquesta, por supuesto, que los sigue y los pone en valor- como sucede con todos los cantantes de esta producción.Un lujo
'Grietas irreversibles' será el concepto que vertebra la programación artística de la temporada, una invitación a descubrir la fortaleza de los protagonistas de los títulos que surge paradójicamente de sus fisuras vitales.
No puedes ir más deprisa que tu propia técnica;es como un campesino, no puede plantar y recoger al día siguiente, ha de esperar a las estaciones.Macbeth y Lady Macbeth no quieren esperar y entonces rompen los ritmos de la vida.
Como instalación es buena, como una creación sobre el Macbeth de Verdi-Shakespeare no.Y recordando que se trata de una ópera, un espacio vacío y tan abierto hace sufrir a cualquier voz.Sin embargo se habla del Macbeth de Plensa.
Ligorio evita hábilmente el final un tanto simplón de cuento de hadas con el matrimonio y el perdón.Al final, Angelina no se dirige a su aristocrático amante, sino al guionista Alidoro.En última instancia, el final feliz queda abierto, el de Rossini aparece como una de las muchas posibilidades.
Adrian Noble, quien durante muchos años estuvo al frente de la Royal Shakespeare, trabajó con detalle la gestualidad de todos los componentes de este complejo elenco y pretendió reproducir el Globe shakesperiano.
La labor escénica y vocal del coro fue estupenda aunque no particularmente larga, y la orquesta estuvo sensacional a las órdenes del autor que obviamente supo cómo hacer frente a cada momento y recibió una gran ovación casi a cada presentación ante el pupitre.
Tengo la firme sensación de que 'Zoroastre' de Rameau no sería la obra maestra que es sin el estupendo libreto de Cahusac, porque se sale de los cánones de su época, anticipando incluso la revolución de Gluck con su fuerza dramática, con sus recitativos cargados de expresividad, desdibujando la separación entre aria, arioso y recitativo, con sus innovaciones armónicas (sello de Rameau), todo ello gracias justamente a un libreto muy particular
El aspecto musical compensaba, empezando por la formidable dirección de François Xavier Roth, quien con una formación muy empeñada y empeñosa (la Gürzenich Orchestra de Colonia) daba una lección sencillamente magistral de cómo tiene que sonar esta maravillosa pero compleja partitura.