Hasta ahora nada se ha conseguido por alianzas, nada se ha promovido por conspiración, nada por la fuerza, nada por venganza.Ahora poned a prueba lo que pueden conseguir la conciliación y la caridad.La guerra se siembra de guerra, la venganza vuelve a causar venganza.
El compositor británico Alexander Goehr falleció ayer 26 de agosto en Cambridge, en cuya Facultad de Música seguía ocupando el puesto de "Profesor emérito".Goehr fue uno de los fundadores del New Music Manchester Group junto a Harrison Birtwistle, Peter Maxwell Davies y el pianista John Ogdon.
Nureyev no solo era un gran intérprete, sino que con su variado repertorio superó las barreras entre el arte dancístico clásico y el contemporáneo.Como coreógrafo intensificó a los clásicos a través del virtuosismo y realzó los papeles masculinos.
Lo más interesante del disco es la posibilidad que brinda de conocer por dónde 'van los tiros' en la composición española, qué se plantean los compositores más jóvenes y -en menor medida- qué valora el jurado
El concierto de Busoni, una pieza hipertrófica y megalómana, con una parte pianística de una dificultad disparatada, es muy interesante, precisamente porque Busoni quería reunir todas las tendencias de su tiempo bajo un mismo techo y desarrollarlas aún más.
El estreno de Traces of the Blast fue una muestra del buen trabajo de Pablo Rus y los profesores de la JONDE.Helga Arias puede tener la seguridad de haber escrito una obra espléndida que ofrece satisfacción al público y a los intérpretes.
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.
Una de las más evidentes peculiaridades del proyecto Les Siècles, fundado en 2003, es que se centra en la utilización de instrumentos contemporáneos de cada una de las obras que interpretan.La otra es el altísimo nivel técnico y artístico de todos y cada uno de sus miembros.
Vox Luminis ejecuta espléndidamente el Stabat Mater, preservando con mucho cuidado la intimidad del estilo antiguo y el refinamiento contrapuntístico que exige la encantadora música de Steffani.
No se le puede negar al texto añadido las buenas intenciones, porque todos estamos en contra de la guerra, especialmente cuando hoy se escuchan tantos peligrosísmos rumores de sables.Pero no así, no con textos blandos metidos con calzador y amplificación sonora.