Lamentablemente la régie está despiadadamente exenta de toda ironía.No aprovecha el humor negro que prodigara el propio Giuseppe Verdi, verbigracia cuando Sparafucile insiste en la respetabilidad de su profesión de asesino a sueldo.
Los modernos violines, violas, violonchelos y arcos que se exponen en estas VII Jornadas del Violín de Múnich son el contrapeso perfecto: todos los instrumentos se pueden tocar y probar.
Tras dos años de abstinencia y a pesar de la pandemia, los teatros de Krefeld y Mönchengladbach se han lanzado con todo amor a la realización de este espectáculo de casi tres horas de duración, ovacionado al final por los espectadores, de pie en la sala.
Con el encanto de la comedia improvisada, que aquí se muestra de forma cautivante, la producción también subraya lo que sencillamente falta en los streamings: la presencia en vivo de los cantantes, la cercanía al público, la reacción rápida;
La régie de Salon Pitzelberger no se queda en la época de Offenbach.Avanza unas décadas más allá hasta llegar a la fase psicodélica de la segunda mitad del siglo XX.El creador de esta instalación escénica es una figura también inventada aquí: el artista de performance y diseñador Jean-Charles de Cataract (Robin Grunwald).
En Songs Found in Dream, Liza Lim utiliza el concepto aborigen del «bir'yun»: principio estético-espiritual que manifiesta, por medio de patrones, el brillo de los espíritus ancestrales.Los cantos aborígenes cifran este conocimiento de forma cerrada para los miembros de la comunidad, algo que Lim lleva a cabo con los músicos del ensemble, cuyos instrumentos entran en un sistema de relaciones igualmente basado en patrones de brillos y espejeos mutuos.
La flauta mágica, estrenada por el mismo Mozart en 1791 en el Theater an der Wien, es una ópera tan mágica, tan seductora y misteriosa que es posible adaptarla a innumerables nuevas situaciones.Van Rensburg la ambienta en otro planeta, tal vez no muy lejano de la Tierra.
En Extinction Events and Dawn Chorus Liza Lim narra cómo un cúmulo de plásticos flota a la deriva por los océanos, cercando islas completas del Pacífico, así como siendo engullidos por peces que, posteriormente, entran en la cadena trófica, llegando a ser consumidos por los humanos.
Al igual que ocurrió con el estreno de esta feroz sátira en 1858 en la que Offenbach utilizó por primera vez la mitología griega como telón de fondo para criticar sarcásticamente al régimen de Napoleón III en el Segundo Imperio (1852 -1870) y en la que todas las figuras de la alta sociedad de entonces se veían reflejadas por su doble moral en la pieza, así también es posible reconocer en la puesta de Horstkotter a esa pléyade de la nomenclatura del Partido Socialista Unificado (SED), como eufemísticamente se denominaba al Partido Comunista de la RDA.
Si hay algo que destaca y enorgullece a la Comunidad de los Teatros de Krefeld y de Mönchengladbach es su política de permanente búsqueda de obras que pese a su excelencia no son frecuentemente representadas.