Medio siglo de danza con una amplia diversidad de estilos, temática, historias y gestualidad fueron reunidos en esta maravillosa tarde por Volpi con una obra propia y sendas piezas de Pina Bausch, Hans van Manen y Justin Peck.
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.
En esta velada, Demis Volpi Volpi se embarca en la búsqueda del mito de Truman Capote, quien escribió sus primeras novelas basadas en hechos reales en el decenio de 1960.Aquí la cuestión está muy clara: ¿dónde está el límite entre la realidad y la interpretación artística?
La temporada se abrirá el 28 de septiembre próximo con una pieza de la legendaria Pina Bausch, Adagio, que no se ha vuelto a representar desde su estreno en Wuppertal hace medio siglo.
La acción de “A Kiss to the World” no tiene lugar siempre en el centro del escenario, sino también en sus márgenes y en el suelo.Cuando el movimiento parece una pérdida de control, y semeja más una pelea que una danza, es probable que sea una expresión de lo que siente realmente el público.
Moderno, atemporal, familiar, siempre nuevo, ese es van Manen;un revolucionario y un conservacionista;un conocedor de la historia de la danza y un amante de sus bailarinas y bailarines.
Con un dominio absoluto de la puesta en escena, potente y sofisticada inventiva, Timm Kröger crea un multiverso cinematográfico único.Die Theorie von Allem es a la vez la maravilla de un cinéfilo absolutamente brillante y un fuerte asentimiento al futuro del cine.
Volpi ambienta la historia en un teatro, durante los ensayos del ballet Giselle, centrándose en el encuentro de Giselle y Bathilde, quienes experimentan algo nuevo, jamás vivido antes: una familiaridad, una atracción, un contacto profundo y cálido.
¿Una dimensión postapocalíptica?Ni siquiera eso: El inminente fin de la humanidad se anuncia sin ceremonias ni revelaciones apocalípticas.No establece un reinado del espíritu, sino una tiranía indefinida.
Adentrarse en Artifact II, de William Forsythe, es como ingresar en un ballet de cuento de hadas;uno poblado de personajes misteriosos, texto enigmático, danza clásica de gran belleza y una panoplia de recursos teatrales, como un telón que cae repetidamente durante un doble pas de deux con la Chacona en re menor de Johann Sebastian Bach.