Padecía un cáncer cerebral diagnosticado en febrero de 2021 y, debido al curso de la enfermedad, no pudo asistir al estreno de su ópera 'Innocence' en el Covent Garden londinense
Los Premios Teatro Real, en palabras de Gregorio Marañón, presidente de la institución “representan el necesario reconocimiento que una sociedad desarrollada debe darle a la cultura y al arte, a la belleza y al talento, en nuestro caso, sobre un escenario lírico”.
Entre los homenajes a Victoria de los Ángeles difícilmente vaya a haber otro recital como este de Degout.Porque no sólo fue sentido, sino que recuperó -salvo en el caso de Berg- autores e incluso canciones que figuraban en los programas de sus recitales.
Es difícil imaginar que la complejidad de 'Innocence' de Sariaaho pueda ser expresada en una escenografía diferente a la de Simon Stone y Chloe Ramford
Si las cuatro variables principales -puesta en escena, dirección musical, interpretación vocal y acústica de la sala- eran tan sumamente frágiles, parecía evidente que esta producción de 'Orphée' iba a salir mal
La única deficiencia de esta excelente 'Katia Kabanova' fue la inmensidad de la Felsenreitschule, pero Kosky se las arregló con la ayuda de su descomunal talento teatral: los personajes fueron despegándose de un multitudinario muro humano para dar la cara al público, e interpretar sus ilusiones y mezquindades antes de volver a perderse en medio de este pueblo anónimo y cruel
Desde hace veinte años Calixto Bieito me ha deslumbrado ante el discurso inquietante de sus reinterpretaciones de las obras líricas en las cuales, como músico, no encuentro contradicción y a mi parecer la música sigue estando ahí, sin menoscabo de sus cualidades expresivas y hasta diría que la potencia por encima de toda proclama teatral.
Todos los artistas y grupos participantes realizaron un trabajo destacado y lo que se aplaudió fue resultado de un desempeño de equipo, basado en un triángulo de absoluta excelencia: el protagonista de la ópera y los responsables escénico y musical de esta ocasión.
El broche de la temporada (que, para qué mentir, se nos hace corta) en Les Arts fue un lujo.El público se quedó clavado en sus butacas hasta el final.Que el espectáculo atrapaba era obvio.Y respecto al rendimiento de los solistas, sensacionales, sin apenas fisuras.
Ofrecida sin pausas, los distintos puñetazos que autor de música y texto asestan con gran oportunidad y sentido quedan un tanto ‘adormecidos’, y eso porque los compositores y libretistas en general calculaban muy bien los tiempos (no descubro yo que el tiempo psicológico no es sinónimo del físico)