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Importante donación discográfica a la ESMUC
Redacción

El periodista y divulgador musical Albert Reguant ha donado a la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) un fondo musical de músicas del mundo formado por 80.000 discos. Reguant está “muy orgulloso y contento” que todas estas obras vayan a parar a una institución musical y educativa como la ESMUC, donde estudiantes de música podrán “disfrutarlas” y “usarlas”. Para la Biblioteca de la ESMUC, esta donación supone una gran ampliación del alcance geográfico, estilos, diversidad y calidad de la sección de músicas del mundo de su fondo musical.
Hacía años que al periodista se le acumulaban los compactos y, después de hablar con otros espacios e instituciones, vio que la ESMUC era la adecuada. “Me enseñaron la biblioteca y fonoteca y me pareció moderna y muy bien hecha, tenía todos los puntos y todas las bases para poder decir: aquí irán a parar los discos de la donación”, dice el divulgador musical.
Según Reguant, es importante que los músicos que se están formando puedan experimentar otras “formas culturales” y conocer “instrumentos ancestrales” y “diferentes maneras de hacer” más allá de sus fronteras. Para el periodista musical, los músicos que están aprendiendo en la Escuela serán los más beneficiados: “lo que más me llena es que un músico que estudia en Cataluña pueda tener acceso a toda esta información de todo el mundo”.
A partir de ahora, los usuarios de la Biblioteca de la ESMUC podrán encontrar ejemplares únicos y singulares que por los medios propios de la biblioteca habría sido imposible conseguir. Además, está adquisición permite que la Biblioteca de la ESMUC se convierta en la biblioteca especializada y de referencia en esta temática de toda Cataluña.
La fonoteca de Reguant, reflejo de una vida
Cuando se le pregunta qué significa para él su fondo, la respuesta de Reguant es clara: “soy un amante de la música, me toca el corazón, y esta fonoteca es toda mi vida, la vida de un loco por la música”. Sus ganas de investigación, de ir más lejos y de descubrir cosas, lo han llevado a reunir más de 80.000 álbumes. Detrás hay mucho tiempo y dedicación. “He ido buscando, escribiendo a gente, asistiendo a congresos; he sido una hormiguita apasionada”, explica el periodista.
En las estanterías de su casa se pueden encontrar discos de muchos estilos: bluegrass, rock, pop, folk, música clásica y otras músicas del mundo. A través de su fondo, también podemos recorrer gran parte del planeta: Estados Unidos, Inglaterra, Grecia, Armenia, Portugal, países balcánicos -como Hungría y Serbia-, y países nórdicos -como Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia y las Islas Feroe-, África, Asia e, incluso, Oceanía.
Como método de selección, Reguant emplea su filtro más personal: “a mi fonoteca solo entra lo que a mí me gusta”, afirma. Los dos elementos que él más valora son la creatividad y la personalidad de los artistas y, aunque reconoce que son difíciles de conseguir, su fondo hace patente que el mundo musical está lleno. “Soy inconformista”, afirma Albert Reguant, que también se define como un apasionado de la música. Aun así, insiste que tampoco sabe tanto de música: “cada día descubro cosas, la música es constante”.
A los 71 años,a Reguant se le reconoce por una amplia carrera de periodista y activista musical, con más de cuarenta años de experiencia en el mundo de la música, sobre todo más allá de las fronteras catalanas. Su presencia en los grandes congresos internacionales de World Music es habitual desde hace unos veinticinco años y es un embajador fijo a congresos como por ejemplo Womex (Europa) o Folk Alliance (EEUU), donde ha podido conocer músicos de renombre de muchos estilos.
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