In the past several years, the Deutsche Oper Berlin and director Christof Loy have been mining the neglected margins of the early-twentieth-century operatic repertoire … and more often than not they’ve managed to strike gold.
No es que la orquesta no tocase bien la sinfonía de Sibelius, sino que esa deficiente traducción sonora se debió a la inexperiencia de Zinca para dar cuerpo a la cuerda, y al consiguiente error de pretender sustituir ese espesor orquestal con los decibelios de los metales.
Medio siglo de danza con una amplia diversidad de estilos, temática, historias y gestualidad fueron reunidos en esta maravillosa tarde por Volpi con una obra propia y sendas piezas de Pina Bausch, Hans van Manen y Justin Peck.
Qué poco se escuchan las 'Variaciones Enigma' y cuánto se agradece poder hacerlo en una interpretación tan sobresaliente como la de esta noche.González-Monjas acertó con el concepto: flema británica en las variaciones solemnes, seriedad brahmsiana en las variaciones saltarinas, y la inteligencia suficiente para dar a la circunstancia su mayor valor por encima de la pompa
Coro y orquesta repitieron su excelente actuación.El teatro lleno de jóvenes era un espectáculo en sí mismo.Como hace bastante que no encuentro demasiado que alabar en la conducción del Liceu, está bien señalar algo positivo
Si Carsen exhibe siempre su ingenio esta vez es en las escenas cómicas o que terminan siendo tales donde destaca particularmente, y sobre todo en el derroche de imaginación en las escenas de amor no correspondido entre mujer madura y guerrero joven (que además es mujer).
No es que Zimerman subestime la energía, pero ésta permanece perfectamente canalizada, rechazando el exceso y el brillo virtuosos.A partir de ahí, la interioridad, los sueños y la emoción emergen con naturalidad.
El sentimiento espiritual de infinitud, la luz eternamente brillante y perdurable que Lux aeterna lleva como idea básica, se convirtió en el símbolo de la Novena Sinfonía de Anton Bruckner.
Arranque de la temporada de abono de la Real Filharmonía de Galicia, con un programa típico de su director musical, Baldur Brönnimann: una obra nueva, otra rara, y una tercera inadecuada.Y el caso es que todo salió a pedir de boca, con la única lástima de un aforo insuficiente