The Ice House´s Tales

Gorecki: Symfonia piesni zalonsych

The LGM Golden Quartet
lunes, 15 de noviembre de 2010
0,0002614 Nacido en la zona fronteriza entre Silesia y Chequia, tanto la educación como la carrera musical de Henryk Gorécki (Czernica, 6 de diciembre de1933; Katowice,12 de noviembre de 2010) se ha desarrollado en Katowice. Se formó en su conservatorio y ha sido profesor en la facultad de música de su Universidad, de la cual fue rector entre 1975-79 (renunció al cargo en protesta por la situación política de su país), con dos largos paréntesis de inactividad por motivos de salud en 1973-74 y 1984-85. Tras obtener el primer premio en el Concurso de jóvenes compositores polacos de 1960 por su 1ª Sinfonía “1959”, amplió su formación en París donde tuvo su primer contacto directo con los círculos vanguardistas (es falsa la reiterada noticia sobre sus estudios con Messiaen).

El asentamiento estable en Polonia, que contrasta con la carrera internacional de otros maestros de la vanguardia polaca como Lutoslawski o Penderecki, es una elección de Górecki, un músico fascinado por las tradiciones populares y cultas de su país que conoce profundamente y que ha encontrado fuente de inspiración tanto en la obra astronómica y musical de Copérnico que homenajea en la 2ª Sinfonía “Kopernikowska”, como en la música para órgano y en las canciones populares polacas. La incorporación de estos estímulos a sus modelos favoritos (Palestrina, Beethoven, Webern y el sinfonismo finisecular) ha producido una obra singular y personal que lo ha convertido en el más prestigioso compositor polaco de la actualidad.

3ª Sinfonía “Sinfonía de las Lamentaciones”, Op. 36

La 3ª Sinfonía de Gorécki (Katowice, 1976; estreno en Royan, 1977, edición,1977) es, sin duda alguna, una obra singular. Dura casi una hora y consta de tres movimientos lentos, de los cuales el primero es tan largo como los otros dos juntos. A pesar de la amplia plantilla orquestal requerida (4 flautas, 4 clarinetes, 2 fagotes, 2 contrafagotes, 4 trompas, 4 trombones, arpa, piano y cuerdas) es fundamentalmente una obra para cuerdas en la que los vientos se limitan a dotar de color determinados pasajes, el arpa y el piano a doblar los bajos y a acentuar algunas frases. La dinámica de la orquesta se mueve en una estrecha franja entre el pp y el mp, salvo esporádicas incursiones en un forte de la cuerda en el primer movimiento.

El primer movimiento, “sostenuto tranquilo ma cantabile”, consta de tres partes, las dos extremas son un canon a ocho partes a cargo de las cuerdas que enmarca una sección central en la que la soprano, acompañada por la orquesta, canta una lamentación de los Cantos Tysagóra, una colección de la segunda mitad del siglo XV procedente del Monasterio de la Santa Cruz. La perfecta simetría se consigue por la exposición inversa del canon en la segunda parte. El movimiento empieza con una larga frase de los contrabajos y termina con los contrabajos al unísono con los violoncelos y el piano.

En el segundo movimiento, “tranquilissimo-cantabilissimo-dolcisimo-legatissimo) la soprano canta una plegaria firmada por una joven de “18 años encarcelada desde el 25-IX-1944” escrita en la pared de la celda nº 3 del “Palacio”, la sede de la Gestapo en Zakopane. En contraste con la desolación de la soprano en la primera frase “Mamá, sobre todo no llores”, la transparencia de la armonía y de la instrumentación crean un ambiente reposado coherente con la esperanza que la joven presa deposita en la Virgen.

El tercer movimiento, “cantabile-semplice” es canción elegíaca de la región de Opole, la resolución en la mayor parece ser una metáfora de la esperanza real.

Tras el éxitoso estreno de la sinfonía, la crítica francesa se dividió entre quienes la consideraban ingenua, quienes la consideraban reaccionaria y quienes afirmaban que era ambas cosas. Las numerosas interpretaciones sucesivas en Europa y América provocaron airados debates mientras la obra obtenía el favor del público y de los intérpretes, se grababan al menos nueve versiones de la sinfonía y esta se convertiría quince años después de su estreno en un auténtico best-seller gracias a la grabación de Dawn Upshaw y la London Sinfonietta dirigidos por David Zinman.

Hace dieciocho años, la Sinfonía de las Lamentaciones se podía escuchar como música ambiental en aeropuertos e hipermercados de todo el mundo mientras que en obras de referencia como Contemporary Composers (Chicago, 1992) se podía leer que el hecho de que Górecki “es uno de los compositores contemporáneos más innovadores, es algo que ya no se discute. Es uno de los más brillantes artistas polacos en cualquier campo de la creación desde la muerte de Chopin hasta el nacimiento del sindicato Solidaridad”.

La crítica española se apuntó casi unánimemente al rechazo radical de la obra, lo cual no fue óbice para que sus grabaciones (entre las que se cuenta la de la O. de Gran Canaria) gozasen de una enorme difusión en nuestro país. Compañera de viaje de las creaciones pasionales de Ligeti y Paert, dos víctimas de la intolerancia, la Sinfonía de las Lamentaciones, se ha erigido en la sucesora de El superviviente de Varsovia de Schönberg como paradigma de la denuncia musical del genocidio.

Nuestra versión de los textos de la sinfonía

I Lamentación de los Cantos Tysagóra
Hijo mío, mi predilecto y bien amado
Comparte tus lágrimas con tu madre;
Querido hijo, así como siempre te he llevado en mi corazón
Y siempre te he servido lealmente,
Habla con tu madre para tenerla contenta
Así liberarás mi espíritu herido.

II Plegaria de Helena Wanda Blazusiakówna
Mamá, no llores más.
Virgen pura, Reina del Cielo,
Protégeme en todo momento
Zdrowas Mario [Ave María]

III Canción popular de Opole
¿Dónde se encuentra Mi hijo más querido?
Es posible que durante la insurrección
El cruel enemigo le haya dado muerte.
¡Ah, vosotros gente malvada!
En el nombre de Dios, el más Sagrado,
Decidme, ¿Por qué habéis asesinado a mi hijo.
Nunca jamás tendré su apoyo
Aunque solloce hasta la última de las lágrimas de mi cuerpo.
Incluso si mis amargas lágrimas formasen otro río Oder
No podrían devolver la vida a mi hijo.
Reposa en su tumba e ignoro donde se encuentra
Aunque continuo interrogando a la gente por doquier.
Quizás el pobre chiquillo repose en una cuneta.
En ese caso reposaría en un cálido lecho.
¡Oh, cantad para él pajarillos del Señor!
Porqué su mamá no lo puede encontrar.
Y vosotras, florecillas del Señor, floreced en su entorno
Para que mi hijo pueda dormir contento.

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