250 aniversario de Ludwig van Beethoven
Schott VerlagSchott Verlag, la editorial que nació el mismo año que Beethoven (II)
Juan Carlos Tellechea
El ascenso a nivel internacional de la editorial de música Schott Verlag de Mainz se produjo entre 1801 y 1848. (Leer capítulo 1)
El primer decenio del siglo XIX estaría marcado todavía por la influyente labor de su fundador, Bernhard Schott. Schott tenía grandes planes.
Paralelamente al grabado de notas se proponía fabricar papel, para enfrentar, por un lado, la escasez de ese material en el mercado y, por otro, para eludir la hostilidad de los encuadernadores que consideraban de su exclusivo derecho el negocio de papelería que Schott explotaba.
En 1803 Bernhard Schott alquilaría recintos en el monasterio de Tiefenthal, en Martinsthal, cerca de Eltville, para instalar allí un taller de grabado de notas y una fábrica de papel. Sin embargo, no llegaría a concretar sus planes. Pero, no caería en dificultades financieras, pese a las numerosas obligaciones de pago contraídas y a una demanda judicial contra él. Schott adquiriría en 1806 por 285 francos y 12 céntimos Der Sandhof, un arenal en Heidesheim a orillas del Rin, no lejos de Mainz para instalar allí la fábrica de papel que lo abastecería del material necesario, pero tampoco esta vez se harían realidad sus ideas.
El 26 de abril de 1809 fallecía Bernhard Schott a los 60 años de edad. Le sucederían en la editorial sus hijos Andreas y Johann Joseph Schott, en principio bajo la tutela de su tío, Franz Philipp Schott. Adam, el tercero de los vástagos era entonces menor de edad, pero tampoco después se integraría completamente a los intereses de la familia. Andreas y Johann Joseph conducirían a la editorial hacia nuevos horitzontes.
Su padre siempre había buscado posibilidades para ampliar el negocio, por ejemplo tomando contacto con Carl Zulehner, quien desde 1799 tenía una casa de música y de préstamo de partituras en Mainz. Zulehner mantenía además con Schott una fructífera actividad como arreglista. En adelante, Schott absorbería sucesivamente los negocios de Carl Zulehner. Hasta 1818 quedaría concluido este proceso bajo Andreas y Johann Joseph Schott. Los hermanos se moverían activamente más allá del área regional tomando contacto con otros editores para discutir sobre las restrictivas regulaciones vigentes y sobre el desarrollo de intereses comunes. Los tiempos son bastante malos para el comercio en nuestro país, se lamentarían.
Para cambiar esta situación consideraban la posibilidad de realizar intercambios o de editar revistas de forma conjunta, importantes pasos para el crecimiento de la empresa. Políticamente se retornaba a tiempos más sosegados, tras la guerra de liberación y la creación de la Confederación Germánica (Deutscher Bund) establecida en 1815 por el Congreso de Viena y que agrupaba a 39 Estados alemanes soberanos bajo la presidencia de la Casa de Austria. Sucedería a la Confederación del Rin, creada en 1806 por Napoleón I en sustitución del Sacro Imperio Romano Germánico, y hasta 1866 se produciría un período de paz exterior entre los numerosos principados y Estados, lo que daría la estabilidad necesaria a la vida comercial.
Los nuevos editores tendrían también buena mano en la elección de los compositores En 1811 fue impresa en Schott la primera obra de Joseph Küffner. El compositor de la corte de Würzbugo (baja Franconia) era extraordinariamente popular. En 1826 aparecería en Schott la Sinfonía número 9 de Ludwig van Beethoven, un hito en la historia de la música y en la historia de la casa editorial. Paralelamente fueron tomadas en el programa muchas óperas italianas y francesas. En 1830 se produciría el primer contacto con Richard Wagner. Sin embargo, la estrecha cooperación de la casa Schott con Wagner se concretaría a partir de 1859, bajo la dirección de Franz, hijo de Andreas Schott.
Los progresos técnicos y la expansión hacia nuevas áreas de negocios serían los nuevos caminos que emprenderían los hermanos Schott, abiertos a esos avances, aunque retraídos en su implementación comercial. En 1813 fueron inventadas la telegrafía y las locomotoras a vapor, y en la impresión de notas se imponía el proceso de litografía de Alois Senefelder desde los últimos años del siglo XVIII. La litografía era empleada desde 1799 y con éxito por la editorial de música André de la ciudad de Offenbach. Schott sopesaba todavía después de 1814 la posibilidad de introducir la litografía para la impresión de notas. La litografía más antigua de Schott es de 1818.
En 1816 la casa comenzaría a fabricar instrumentos musicales. Los hermanos Schott presentarían en la Feria de Francfort de 1819 una serie de instrumentos de viento. Al comienzo se especializaron en oboes, fagotes, trompetas, trompas y trombones de vara y emplearon a personal especializado para esa rama del negocio.
En torno a 1824 Schott comenzó a fabricar pianos. También aquí se orientaron los empresarios a las necesidades del mercado. Con el ascenso de la burguesía proliferaba la tendencia a tocar música en casa. Principalmente el pianino, desarrollado en 1800, se prestaba excelentemente bien como instrumento solista y para la música de cámara. En ese tiempo se abriría asimismo una biblioteca de préstamo de obras musicales.
El comienzo de la publicación de libros de texto por la editorial Schott se apoya en una importante constatacion. La enseñanza para tocar instrumentos musicales era una premisa decisiva para la demanda de partituras. Estudiantes y aficionados en la ejecución de instrumentos musicales se convertirían ahora en un importante grupo de interés para la editorial. El libro de texto oficial del Conservatorio de París aparecería con el número 964 Méthode du Violon par MM. Baillot, Rode, et Kreutzer. Membres du Conservatoire de Musique. Redigée par Baillot. Adopté par le Conservatoire pour servir a l'Etude dans cet Etablissement.
Este libro de texto de los tres virtuosos violinistas y pedagogos Pierre Baillot (1771-1842), Pierre Rode (1774-1830) y Rodolphe Kreutzer (1766-1831) fue una de las obras de enseñanza más importantes del siglo XIX.
En los siguientes años se concretaría una expansión sin precedentes. En 1819 Schott ampliaría su empresa con una filial en Leipzig. En 1823 inaugraría una sucursal en Amberes que se mudaría en 1830 a Bruselas. En 1826 y en 1838 serían abiertas filiales en París y en Londres, respectivamente. Atenderían esas dependencias familiares de los hermanos Schott. Junto a Adam Schott serían allí especialmente activos los nietos de Bernhard Schott.
Además serían fundadas diversas revistas. Entre 1822 y 1835 aparecería Der musikalische Hausfreund, entre 1824 y 1848 Cäcilia, entre 1852 y 1869 la Süddeutsche Musik-Zeitschrift. También serían publicados los primeros libros y especialmente textos. La editorial que desde 1815 pasó a denominarse B. Schott e hijos sentaría en esos años la piedra fundamental para un continuado y creciente éxito.
Un hecho que apoyaría ese éxito sería el advenimiento de una temprana regulación sobre el derecho de autor en la propiedad intelectual. En el siglo XVIII se habían producido los primeros empeños para regular también legalmente esos negocios, lo que se vería dificultado por los permanentes conflictos militares y por el dominio soberano de los pequeños estados alemanes. Sin embargo, era urgente una regulacion, debido a las reediciones y copias fraudulentas que ocasionaban cuantiosos daños económicos. También la editorial Schott se encontraba en una situación delicada.
La ópera El cazador furtivo de Carl Maria von Weber, estrenada en 1821 en Berlín y editada por Schlesinger en esa ciudad alcanzaría un éxito sensacional y produciría desavenencias entre las editoriales, porque Schott encargaría a Joseph Küffner arreglar fragmentos para cuartetos de cuerda y haría los grabados de las partituras. Un cronista de la época informaba a Schott : El joven Schlösinger (sic) de Berlín (…) ha presentado una terrible demanda contra usted, de que usted grabó el Freyschütz (sic) copiándoselo. Schott adujo que solo había editado nuevos arreglos de fragmentos de la obra y que con ello no había ni vuelto a grabar ni a reeditar partituras.
El conflicto puso de manifiesto que la falta de proteccion de los derechos de autor, no se debía solo a las pretensiones de los compositores, sino a las reclamaciones de las editoriales competidoras. A la inversa, también a Schott le pasaría otro tanto. En 1828 tuvo que defenderse ante otras editoriales de música con avisos de prensa contra la regrabación de partituras para alcanzar claridad en esta cuestión.
En 1837 sería promulgada finalmente en Prusia la Ley para la protección de la propiedad de obras científicas y de arte contra la reimpresión y la copia que pronto sería un modelo para otros países. El plazo máximo para dicha protección sería ampliado en 1845 de 10 a 35 años.
A pesar de que fueron extremadamente pacíficos los años del Vormärz, el período histórico comprendido entre el fin del Congreso de Viena de 1815 y, bien la Revolución de 1830 en Francia, bien la Revolución alemana de 1848-1849, algo se cocinaba internamente en la Confederación germana. Por un lado, surtían su efecto las ideas de la Revolución Francesa, y por otro era grande la pobreza en las clases más humildes. El Festival (estudiantil) de Wartburg de 1817, y la marcha al castillo Hambacher Schloss de 1832, cuyos himnos, dicho sea de paso, fueron editados por Schott, así como la Revolución alemana de marzo de 1848/1849 son tres magníficos ejemplos de las aspiraciones de unidad nacional, libertad y soberanía popular de Alemania.
También Richard Wagner se convertiría en actor de esa Revolución en la ciudad de Dresde, donde celebraba sus primeros éxitos y donde desde 1843 era Kapellmeister (König-Sächsischer Kapellmeiste) de la Ópera de la corte sajona (Dresdner Hofoper). Wagner, amigo del arquitecto Gottfried Semper (también prófugo desde 1849), sería buscado por las autoridades y huiría del reino (aunque más tarde sería bajado el perfil de su verdadera participación en aquellos sucesos).
Wagner y Semper, quien moriría en Roma durante un viaje por Italia en 1879, eran firmes partidarios de la creación de una República, con sus ideas liberales burguesas. Con un pasaporte falso en su poder, el compositor viajaría primero a Zúrich y después se establecería en París. En 1860, y usufructuando una amnistía parcial, regresaría a territorio alemán, pero no a Sajonia.
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