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Milei da marcha atrás en su idea radical de dolarización

Juan Carlos Tellechea
domingo, 3 de diciembre de 2023
Javier Milei © 2023 by Dominio Público / Wikipedia Javier Milei © 2023 by Dominio Público / Wikipedia
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Pocos días después de la sorprendente pero decisiva victoria electoral del economista Javier Milei en la Argentina, y horas después de regresar de un viaje a Washington, donde se reunió con el secretario de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, de la administración del presidente Joe Biden, se van perfilando paulatinamente los contornos de su próximo gobierno, que asumirá el domingo 10 de diciembre en Buenos Aires.

Milei ya ha dado marcha atrás en sus mensajes más radicales de campaña, descartando a asesores electorales clave en favor de un equipo económico más moderado y enviando mensajes conciliadores a China y otros gobiernos extranjeros. A través de su próxima ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, comunicó que la Argentina no se unirá a la alianza BRICS de las economías emergentes más importantes del mundo.

Por otro lado, el gobierno peronista-kirchnerista saliente del presidente Alberto Fernández no firmará el acuerdo con la Unión Europea en la 63a cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados asociados que tendrá lugar en Río de Janeiro el próximo 7 de diciembre.

Economía

Con el nombramiento de Luis Caputo, director del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, como ministro de Economía, Milei ha enviado un claro mensaje de que su actual coalición con Juntos por el Cambio, la alianza conservadora, se prolongará hasta el inicio de su gobierno. La promesa electoral del presidente entrante de pasar monetariamente a Argentina al dólar estadounidense parece cada vez menos probable a corto plazo.

Estos primeros pasos han tranquilizado a los inversores y señalan la transición de un candidato inconformista a un futuro jefe de gobierno más responsable, aunque no sea la corriente dominante.

También son una señal de que, ahora que el destino de su país pronto recaerá sobre sus hombros, Milei se ha dado cuenta de que tiene pocas opciones políticas realistas. Las reservas de divisas están agotadas, los mercados financieros permanecen prácticamente cerrados a la Argentina y el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha desviado de su curso debido a las acciones de la administración kirchnerista saliente, que ha roto bastante porcelana por doquier. Además, China seguirá siendo un socio comercial fundamental y posiblemente la única fuente importante de ayuda financiera bilateral en un futuro previsible.

Cuestiones sin respuesta

Por lo tanto, la cuestión sigue siendo cómo pretende la administración Milei reducir la inflación y disminuir el déficit fiscal una vez en el cargo, afirma el economista Dr Martin Mühleisen, investigador no residente del Centro de Geoeconomía del gabinete estratégico Atlantic Council, con sede en Washington, y ex funcionario del FMI, con décadas de experiencia en gestión de crisis económicas y diplomacia financiera.

En esta situación, la adopción del dólar estadounidense como moneda oficial de Argentina puede empujar al país a una grave depresión que causaría mayor desempleo y un aumento descomunal de la pobreza. Dado que el país dista mucho de tener suficientes dólares para sustituir su base monetaria al tipo de cambio actual, la dolarización habría implicado otra gran depreciación del peso. La consiguiente pérdida de poder adquisitivo para los tenedores de pesos, combinada con los profundos recortes en subsidios y otros gastos públicos que serían necesarios para equilibrar el presupuesto, supondrían un duro golpe para quienes no tienen acceso a ingresos en dólares o a remesas del extranjero.

Milei ha dicho que la dolarización sigue siendo una consideración a medio plazo. Se podría imaginar que, para un país con una larga historia de episodios regulares de hiperinflación, el abandono del peso podría traer por fin la estabilidad monetaria e imponer la tan necesaria disciplina fiscal. Sin embargo, una moneda fuerte cuyo tipo de cambio esté influido por factores totalmente ajenos al ciclo interno acarrearía sus propios problemas, principalmente para la competitividad de las exportaciones, de las que Argentina sigue dependiendo en gran medida.

Peligros

Y lo que es más importante, la dolarización no proporcionaría un seguro contra la imprudencia fiscal en el futuro, una vez que Argentina pudiera volver a endeudarse en los mercados financieros. La experiencia de economías dolarizadas como Ecuador y El Salvador demuestra que la adopción del dólar estadounidense no es una panacea en ausencia de un crecimiento sostenido y de políticas macroeconómicas responsables.

Por lo tanto, el enigma sigue siendo cómo hará la administración Milei para bajar la inflación que supera ya el 143 % y reducir el déficit fiscal una vez que tome posesión del gobierno en la Casa Rosada. En principio, es muy probable que se produzca una estanflación en el país; un estancamiento o una recesión económica, con persistencia del alto nivel o del aumento de los precios y de la inflación, acompañada por un aumento del desempleo.

Un curso de acción racional sería reducir el déficit público, cesar la financiación monetaria directa y subir los tipos de interés reales durante la primera mitad del primer mandato del nuevo presidente, dejando algunas medidas en vigor para proteger al segmento más pobre de la población. Sin embargo, la consolidación monetaria y fiscal solo sería una condición necesaria, pero no suficiente, para generar un repunte sostenible del crecimiento a largo plazo, necesario para elevar finalmente el nivel de vida de los argentinos.

Paquete de reformas

En efecto, la clave del éxito económico reside en eliminar la maraña de obstáculos que han frenado la capacidad productiva de la economía argentina durante las últimas décadas. Es por esta razón, sin duda, por la que el nuevo presidente electo prometió enviar un paquete de reformas al Congreso nacional, que sería convocado el 11 de diciembre, primer día de mandato de la nueva administración.

Por desgracia, las posibilidades de que se apruebe un paquete de reformas sólido parecen escasas a primera vista. La oposición peronista difícilmente aceptaría convertir a la Argentina en una economía de libre mercado de la noche a la mañana, y Milei y sus aliados conservadores no tienen mayoría legislativa por sí solos. Además, la mayoría de las provincias argentinas siguen gobernadas por la oposición, lo que deja a Milei con una pequeña base de poder político. De hecho, al haberse unido a la alianza conservadora, Milei podría encontrarse en una situación similar a la del ex presidente Mauricio Macri, cuyos planes de reforma económica dependían en gran medida de la obtención de una mayoría legislativa para su segundo mandato.

No repetir errores

Por tanto, es necesario extraer las lecciones adecuadas del fallido experimento de reforma 2015-2019. En primer lugar, sería un error que Milei desperdiciara su gran atractivo popular en una repetición de la experiencia de Macri. El resultado sería desastroso para la Argentina, que entretanto se ha acercado más a un colapso económico total. En su lugar, Milei tendría que presentar sus argumentos a favor de la reforma económica directamente al pueblo argentino, aumentando el coste para la oposición de negar su apoyo a medidas legislativas críticas.

El Fondo Monetario

En segundo lugar, el FMI tiene un papel clave que desempeñar para forjar un consenso bipartidista sobre las reformas. A diferencia de la simple renovación de préstamos durante el gobierno de Fernández, esta vez la reanudación de los préstamos del FMI tendría que depender de la aplicación legislativa de reformas que fomenten el crecimiento. Dado el plazo plurianual de dichas reformas, no sería raro que el FMI se comprometiera tanto con el partido gobernante como con el de la oposición.

En tercer lugar, Estados Unidos y Europa, como principales accionistas del FMI, tienen una responsabilidad especial a este respecto, y deberían apoyarse en la dirección del FMI y en el cuerpo político de Argentina para trabajar por un resultado ambicioso del programa. Además, si identifican formas de apoyar directamente a la economía argentina, podrían aumentar las posibilidades de éxito del programa, proporcionando el alivio que tanto necesita la sufrida población argentina.

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