Ópera y Teatro musical
Bicentenario de Der Freischütz13. Videografía de 'Der Freischütz' (II)
Josep Mª. Rota

En esta segunda entrega se analizan otras cuatro versiones videográficas de Der Freischütz, grabadas entre 1985 y 1992: dos para emisión televisiva, una para comercialización en vídeo VHS ... y una 'pirata', grabada desde el patio de butacas.
Ottokar - Hans-Joachim Ketelsen. Kuno - Gunther Emmerlich. Agathe - Jana Smítková. Ännchen - Andrea Ihle. Kaspar - Ekkehard Wlaschina. Max - Reiner Goldberg. Ein Eremit - Theo Adam. Kilian - Olaf Bär. Samiel - Johannes Kemter. Joachim Herz, dirección escénica. Dresdner Staatsoper. Wolf-Dieter Hauschild, dirección musical. Deutscher Fernsehfunk Eterna – 1985 DF/ARD1
Filmación televisiva de la Fernsehen der DDR (Televisión de la RDA) del día 13 de febrero de 1985 (aniversario de la muerte de Wagner), con motivo de la tan esperada reapertura de la Semperoper. Durante la obertura se muestran imágenes de cómo quedó el teatro después del bombardeo de 1944 y su posterior restauración. Para la ocasión se escogió Der Freischütz. Como es sabido, la obra no se estrenó en Dresde sino en Berlín. Se podían haber escogido muchas otras, desde el Rienzi de Wagner a la Daphne de Strauss, entre tantísimas estrenadas en Dresde. Sin embargo, a nadie le ha de extrañar que fuera la obra del Kapellmeister Weber la escogida, fundamental en el desarrollo de la ópera alemana en la capital sajona.
A pesar que no se editó oficialmente, la copia en video VHS circuló. Yo todavía la conservo. Sí se editó en LP con el sello oficial Eterna, a partir de tomas de diversas funciones. La producción de Joachim Herz es realista y funcional. Los decorados realzan la escena y definen los espacios con acierto. En la Garganta del lobo, la escena se llena de cañones, alabardas y soldados espectrales de la reciente Guerra de los Treinta años. Producción muy viva y teatral. Cuidado trabajo de los cantantes, el coro y los figurantes.
En el reparto, cantantes estables de la compañía de Dresde, todos naturales de la DDR (la Guerra Fría seguía vigente, sin atisbos de conclusión) con Jana Smítková, de la “hermana” República Socialista de Checoslovaquia, como protagonista femenina. La voz de la checa suena un poco dura y tiene dicultades para apianar. El si natural de cierre de su aria le queda corto y gritado. La joven Andrea Ihle es una excelente intérprete del agradecido papel de Ännchen. Reiner Goldberg compone en conjunto un Max muy adecuado, viril y sólido en lo vocal y lo dramático. Ekkehard Wlaschina, como se ha comentado y se comentará, es un Kaspar muy eficaz sobre las tablas. No así Gunther Emmerlich, que es un pobre Kuno. El joven dresdeniano Olaf Bär, al inicio de su carrera, interpreta la parte de Kilian con acierto. Otro barítono de renombre, y van ya tres, Hans-Joachim Ketelsen, es un príncipe de juvenil vigor. La aparición del veterano y afamado Theo Adam como Ermitaño es solemne, más por su saber escénico que por la profundidad de su voz. Una producción bonita de ver, a pesar de la edad. Heredera de la larga tradición que hoy en día parece perdida para siempre.
Ottokar - Peter Weber. Kuno - Jaroslav Stajnc. Agathe - Edith Mathis. Ännchen - Sona Ghazarian. Kaspar - Ekkehard Wlaschina. Max - Siegfried Jerusalem. Ein Eremit - Kurt Rydl. Kilian - Peter Baillie. Samiel - Jaroslav Stajnc. Pier-Luigi Pizzi, dirección escénica. Gran Teatre del Liceu. Peter Schneider, dirección musical. TVE, 1988
La 2 de TVE grabó la función de Der Freischütz del 16 de febrero de 1988 en el Gran Teatre del Liceu, la última de las cuatro que se dieron de dicha obra esa temporada en el coliseo catalán. La producción fue de mucha calidad y somos unos cuantos los que todavía conservamos la cinta VHS con la grabación del vídeo doméstico. La producción era del Teatro Comunale de Bolonia y el vestuario, de Tirelli Costumi de Roma. La dirección de escena, de Pier-Luigi Pizzi, fue realizada por Umberto Banci.
En directo (yo la vi desde el gallinero) causaba un tremendo efecto, era muy viva y teatral y las dificultades escénicas estaban muy bien resueltas. La producción estaba pensada para el teatro y no para el vídeo, con todo lo que esto conlleva. La orquesta apenas se percibe en la obertura y el Entre-Acte, que quedan muy oscuros. Durante dicho entreacto, el cámara y el realizador intentan en vano dar con el instrumento que suena (las trompas) y va enfocando a los músicos que no tocan, lo que provoca un poco de risa (o de pena, vaya usted a saber). Por cierto, el Entre-Acte no se da en su lugar sino justo antes del Jägerchor; el breve diálogo entre Max y Kaspar por el reparto de las balas se dice justo después de dicho coro.
Durante la pausa, se pasaron sendas entrevistas del periodista habitual en el Liceu Joan Lluch con los protagonistas, Edith Mathis y Siegfried Jerusalem. En la primera, Mathis comenta su paso de soubrette a lírica, entre otras cosas. En la segunda, Jerusalem da explicaciones de sus papeles, puestos en cuestión por el entrevistador. Lástima que no hubiera traducción simultánea, tan solo un resumen de las respuestas.
El Liceu traía siempre las mejores voces de cada repertorio. Esta no fue la excepción. Edith Mathis debutaba en el Liceu por partida doble; era la primera vez que cantaba en el teatro y era la primera vez que encarnaba a Agathe. Después de muchos años cantando Ännchen, ya fuera en Hamburgo, en Dresde o en Nueva York (vid. supra), Mathis es una delicada Agathe. Sona Ghazarian es su digna sucesora, con un gran desparpajo en escena. En el papel del joven cazador, el tenor wagneriano de moda, Siegfried Jerusalem. Su Max es uno de los mejores de la videografía que aquí se comenta tanto en lo vocal como en lo interpretativo. Ekkehard Wlaschina era un eficaz Kaspar, muy efectivo en escena. Recuerdo haber hablado con él en Bayreuth pocos años después y decirme que se encontraba especialmente satisfecho de su actuación y de la producción en general. La aparición de Kurt Rydl como Ermitaño es impresionante, por la contundencia de su voz y por su enorme presencia escénica. Muy acertados los secundarios Peter Weber, Jaroslav Stajnc y Peter Baillie. Están muy a tono.
Peter Schneider era por entonces una de las primeras batutas wagnerianas, en Bayreuth y allende. Sacó mucho jugo de la orquesta del Liceu, que entonces lideraba el concertino Jaume Francesch. Los coros, preparados por Romano Gandolfi y Vittorio Sicuri, cantan en un idioma que se parece mucho al alemán. A pesar de lo pobre de la toma (y del estado de la cinta VHS que uno tenga), una versión muy bonita y, además, “nuestra.”
Ottokar - Michael Ebbecke. Kuno - Waldemanr Wild. Agathe - Nancy Johnson. Ännchen - Ulrike Sonntag. Kaspar - Siegmund Nimsgern. Max - Uwe Heilmann. Ein Eremit - Carsten H. Stabell. Kilian – Thomas Mohr. Samiel – Albrecht C. Dennhardt. Loriot, dirección escénica. Ludwigsburger Festspiele. Wolfgang Gönnenwein, dirección musical. Deutsche Grammophon VHS, 1988
En vídeo VHS hubo una versión de Deutsche Grammophon, procedente del Festival de Ludwigsburg; que yo sepa, no llegó al trasvase en DVD. Mi cinta se conserva en sorprendente buen estado después de treinta años (poca distorsión y poco zumbido). La dirección, los decorados y el vestuario se deben a Loriot, que comenta el argumento antes de cada acto.
La cosa empieza bien: telón con troncos de árboles, caja escénica verde, buen movimiento de grupo en la escena de Kilian. Kaspar tiene la compañía de unos secuaces con boina que recuerdan a los guardaespaldas de Michele Corleone en Sicilia. Al espacio interior de la casa del guardabosque no le falta detalle. La Garganta del Lobo es la mejor escenificada de cuantos conozco: el desfiladero, la luna llena, la cascada, las apariciones, el círculo de fuego. El cataclismo final, después de la séptima bala, con los árboles derrumbándose (con un simple movimiento de tramoya y un juego de sombras), produce un efecto espectacular. En el coro de cazadores y campesinos Laßt lustig / Wir lassen die Hörner erschallen!, aparecen, sin razón alguna, un coro masculino de aficionados, por un lado, y uno de muchachas de internado, por el otro. Todos visten de época guillermina. ¿Por qué?
La cosa empieza a torcerse en el Coro nupcial: las Damas juegan al juego de la silla; la que pierde tiene que ir a cantar; cuando ven la corona fúnebre, hacen mutis de puntillas por el lateral; Ännchen, en lugar de tejer una corona con las rosas, las remueve para dejarlas caer al suelo. En la última escena viene la catástrofe. No hay coro de cazadores, sino cinco solistas (mucho nombre para lo mal que cantan); llevan unas escopetitas de juguete con las que al final simulan tocar la bandurria, entre otras memeces. El escenario reproduce una mesa de convite nupcial; están el príncipe, vestido con frac y sombrero de copa, y un cura, con un crucifijo más grande que la cruz del Valle de los Caídos. El cura no se mueve de la silla en toda la escena hasta el final, en que obtiene varios primeros planos mientras blande amenazadoramente la cruz. La aparición del Ermitaño es espectacular: su aspecto es clavado al Jesús de Nazaret de Zeffirelli (aunque a mí me recuerda más al Jesús de la Pasión de Olesa de Montserrat). Con el último acorde, se sienta él sólo en el centro de la mesa, tal cual en la Última Cena; en una esquina, Samiel con levita negra alla Paganini. El único momento logrado es la muerte de Kaspar: el escenario se oscurece de repente y sólo queda Kaspar iluminado por un cañón; por detrás se vislumbra a Samiel, que se mueve en la penumbra.
El cantante de más renombre es el barítono Siegmund Nimsgern, quien había sido en los 80 el Wotan de Bayreuth. Su interpretación de Kaspar es convincente. El tenor mozartiano Uwe Heilmann tampoco tiene la voz de Max, pero canta bien, actúa bien y compone, en conjunto, un buen personaje. Al revés de lo que suele suceder, aquí las damas están peor que los caballeros. Nancy Johnson tiene una voz nada maleable, los sonidos quedan fijos en las notas largas y los agudos son gritados. Ulrike Sonntag es una Ännchen correcta. Michael Ebbecke es un buen príncipe; Waldemanr Wild, un Kuno discreto; Carsten H. Stabell, un Eremit impresionante.
Ottokar: Hans-Joachim Ketelsen. Kuno: Gerd Wolf. Agathe: Magdaléna Hajóssyová. Ännchen: Carola Nossek. Kaspar: Günter von Kannen. Max: Reiner Goldberg. Eremit: Fritz Hübner. Kilian: Bernd Riedel. Samiel: Henno Garduhn. Ruth Berghaus, dirección escénica. Coro y Orquesta de la Staatsoper de Berlín. Claus Peter Flor, dirección musical. Berlín, 1992
Lo que parece ser una filmación clandestina desde el patio de butacas. A pesar de que el sonido es soportable, la calidad de imagen es pésima. Solo recoge los últimos compases de la obertura. Lo que se intuye, más que lo que se ve, es muy satisfactorio: escenografía realista y agradable; vida escénica sin perversiones ni manipulaciones; una fiesta de la ópera alemana. Reparto digno de la Staatsoper. Así es como se representaba Der Freischütz en Berlín y en la DDR.
Claus Peter Flor, con 39 años, dirige con buen sentido. La eslovaca Magdaléna Hajóssyová era una clásica de Berlín desde los setenta (fue la primera Euryanthe en la remodelada Staatsoper en 1986). La voz es acertadamente juvenil, pero un tanto dura, y algún agudo suena descontrolado. Carola Nossek, otra clásica de la Staatsoper, no presenta ninguna objeción como Ännchen. Reiner Goldberg vuelve a ser una vez más un eficiente Max, viril y dramático. Günter von Kannen, como otros consumados intérpretes de Alberich, resulta un eficaz Kaspar. Fritz Hübner (Fafner y Hagen en Bayreuth) es un Ermitaño imponente. Muy buen Ottokar del famoso Hans-Joachim Ketelsen y correctos Kuno, Gerd Wolf, Kilian, Bernd Riedel, y Samiel, Henno Garduhn. Coro de cazadores justito.
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